domingo, 8 de septiembre de 2013

Flamante


Un puñado de brisas empezaba a anunciarles ese nuevo momento, no lo esperaban, solo estaban observando cómo las cosas se iban sucediendo sin mucho pensar, con la costumbre de los días que pasan con pocas sorpresas, sería una noche diferente tan solo por el hecho de encontrarse; ya otras veces se habían visto pero faltos de ceremonias, eran dos desconocidos más que podían saludarse, muy cordiales ellos. Surgió entonces una excusa perfecta que les haría compartirse un rato y no vacilaron en conspirar con la afortunada forma de encontrarse, un propósito común los llevó a explorarse, a indagarse, a dejar de ser desconocidos, como las olas que van y vienen con infinitas formas de encontrarse...

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