Esta entrada nada tiene que ver con la Virgen.
Hace unos días tuve que hacer un
recorrido más largo del que normalmente hago por la capital. Tenía que ir unas cincuenta
calles más hacia el sur para cumplir la encomienda de encontrar porcelanas Capo
di Monti y pedir sus cotizaciones respectivas; grandiosas tiendas de antigüedades
albergan los más hermosos tesoros para personas como yo, que por una extraña
razón aman todo lo antiguo y quieren como primer auto un Volskwagen Beetle de
1970, con placas azules con blanco. Bajé del transporte público en la calle
indicada, era un día soleado pero frío por la hora y además la vista era un poco
más nutrida. Calles sucias, ríos de gente en todas direcciones, habitantes de
la calle, perros habitantes de la calle, puestos de comidas rápidas, tiendas a
lado y lado de la calle, gente gritando las promociones de dichas tiendas,
cafeterías, asaderos de pollo, carnicerías con el marrano colgando de la boca,
carros amontonados en un trancón adornado por la bulla de los pitos, motos
escabulléndose entre los más mínimos espacios, semáforos no respetados y palomas,
palomas abriendo camino hacia esa plaza donde reposa una imponente y bella iglesia que llenó mi panorámica. Ahí estaba la iglesia de Nuestra Señora de Lourdes, y más
que la iglesia misma, un manojo de recuerdos de otros días en que recorriendo
esa plaza, viví algunos de los mejores momentos de mi vida, hasta ahora. Era el
año 2012 o 2013, no estoy seguro; había venido por cuestiones de trabajo y los
sucesos de esos días ya están relatados en entradas de este blog (busquen y
sabrán cuáles son). Fue un completo placer volver a recorrer esa plaza y pasar
en frente de esas tiendas antes descritas; trajeron como hojas al viento todos
los flashbacks que representan esos momentos de regocijo. Sé que no hice más
que sonreír mientras caminaba hacia y desde mi destino.
No había sentido tanta emoción
como ese día desde que llegué a la capital.
Por cierto, en esos días (hace
tres o cuatro años) la iglesia estaba en remodelaciones. Les quedó muy bonita.